terça-feira, 30 de outubro de 2012

O ENTERRO DE UM AMIGO




Jogaram-lhe a terra numa tarde horrível
do mês de julho, sob o sol de fogo.
A um passo da sepultura aberta
havia rosas de pétalas apodrecidas,
entre gerânios de áspera fragrância
e flor rubra. O céu
puro e azul. Corria
um ar forte e seco.
Suspenso por cordas grossas,
os dois coveiros
fizeram descer pesadamente
o caixão ao fundo da fossa.
E, ao cair; soou com um baque duro,
solene, no silêncio.
Um baque de caixão na terra é algo
perfeitamente sério.
Sobre a caixa negra quebravam-se
os pesados grãos poeirentos.
O ar erguia
da funda fossa o sopro embranquecido.
E tu, já sem sombra, dorme e repousa.
Longa paz a teus ossos.
Definitivamente,
dorme um sono tranquilo e verdadeiro.

António Machado
Tradução de Sebastião Uchoa Leite

segunda-feira, 29 de outubro de 2012

FRAGMENTO




Talvez a mão, nos sonhos,
do semeador de estrelas,
fez soar a música esquecida
como uma nota da lira imensa,
e a onda humilde aos lábios nossos veio
de umas poucas palavras verdadeiras.
(de Soledades, Galerías y otros Poemas, 1919)

António Maria
Tradução de Antonio Miranda

domingo, 28 de outubro de 2012

CAMPO





A tarde está morrendo
como um fogueira humilde que se apaga.
Além, sobre os montes,
restam algumas brasas.
E essa árvore rota no caminho branco,
faz chorar de pena.
Dois ramos no tronco ferido, e uma
folha murcha e negra em cada ramo!
Choras? ... Entre álamos de ouro,
longe, a sombra do amor te aguarda.
(de Soledades, Galerías y otros Poemas, 1919)

António Machado
Tradução de Antonio Miranda



sexta-feira, 26 de outubro de 2012

RETRATO


Minha infância: memórias de um pátio de Sevilha,
e de um horto claro onde madura o limoeiro;
juventude, vinte anos em terras de Castilha;
a minha história quero esquecer por inteiro.
Mañara, nem Bradomín hei sido
— já conheceis meu torpe alinho indumentário —
mas recebi a flecha que me apontou Cupido,
e amei quanto elas possam ter de hospitalário.
Tenho nas veias gotas de estirpe jacobina,
mas o meu verso brota de manancial sereno;
e, mais que o homem usual que sabe sua doutrina,
eu sou um homem bom, um homem sem veneno.
Adoro a formosura, e na moderna estética
cortei as velhas rosas do jardim de Ronsard;
mas não amo os enfeites da moderna cosmética,
nem sou uma ave dessas do novo gay-trinar.
Eu desdenho as romanças desses tenores pecos
e dos grilos o coro a cantar ao luar.
Procuro distinguir entre as vozes e os ecos,
e entre as vozes só escuto a que prefiro amar.
Sou clássico ou romântico? Não sei. Deixar quisera
meu verso como deixa o capitão sua espada;
famosa pela mão viril que ao alto a erguera,
não pelo douto ofício do forjador prezada.
Dialogo com o homem que sempre vai comigo
— quem fala a sós, espera falar a Deus um dia —
meu solilóquio é prática com este bom amigo
que ensinou-me o segredo de sua filantropia.
Enfim, nada vos devo; deveis-me o que hei escrito.
A meu trabalho acudo, com meu dinheiro pago
a roupa que me cobre e a mansão que habito,
o pão que me alimenta e o leito onde me apago.
E quando chegue o dia da última viagem,
e esteja de partida a nau sem retornar,
me encontrareis a bordo ligeiro de equipagem,
quase desnudo, nu como os filhos do mar.

António Machado
Tradução de Fernando Mendes Vianna

quinta-feira, 25 de outubro de 2012

FRAGMENTO




Tal vez la mano, ensueños,
del sembrador de estrellas,
hizo sonar la música olvidada
como una nota de la lira inmensa,
y la ola humilde a nuestros labios vino
de unas pocas palabras verdaderas.


(de Soledades, Galerías y otros Poemas, 1919)

terça-feira, 23 de outubro de 2012

CAMPO


La tarde está muriendo
como un hogar humilde que se apaga.
Allá sobre los montes,
quedan algunas brasas.
Y ese árbol roto en el camino blanco,
hace llorar de lástima.
¡Dos ramas en el tronco herido, y una
hoja marchita y negra en cada rama!
¿Lloras?... Entre los álamos de oro,
lejos, la sombra del amor te aguarda.


António Machado
(de Soledades, Galerías y otros Poemas, 1919)

segunda-feira, 22 de outubro de 2012

RETRATO


Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
— ya conocéis mi torpe aliño indumentario —,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desderio las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada;
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
— quien habla solo espera hablar a Dios un día —;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

António Machado

sábado, 20 de outubro de 2012

Biografia António Machado (1875-1939)




Nació en Sevilla y con pocos años se trasladó con su familia a Madrid. Estudió en la Institución Libre de Enseñanza y pasó algún tiempo en París conociendo la literatura de la época. Soledades, su primer libro de poemas (1903), puede alinearse lícitamente en el Modernismo, pero con una tendencia intimista que acabará liberándose de los aspectos más externos de aquel movimiento en la revisión de 1907 (Soledades, Galerías, Otros Poemas). Ese año se instala en Soria como catedrático de francés, y se casa con Leonor Izquierdo, que enfermaría y moriría en 1912, el mismo año en que apareció Campos de Castilla. El poeta, dolorido, dejó el Duero para ejercer en Baeza (1913-1919), Segovia (1919-1931) y Madrid; de ese largo período se destacan las Nuevas Canciones, y Ias páginas apócrifas de Juan de Mairena y Abel Martín, con los belos versos a la misteriosa "Guiomar”.


Nasceu em Sevilha e muito jovem mudou-se com a família para Madri. Estudou na Instituição Livre de Ensino e passou algum tempo em Paris, conhecendo a literatura da época. Soledades, seu primeiro livro de poemas (1903), alinha-se claramente ao Modernismo, mas com uma tendência intimista que o libertará dos aspectos mais externos desse movimento na revisão de 1907 (Soledades, Galerías, Otros Poemas). Nesse ano instala-se em Sória como catedrático de francês e se casa com Leonor Izquierdo, que adoeceria e morreria em 1912, mesmo ano em que apareceu Campos de Castilla. O poeta, dolorido, deixou o Douro para lecionar em Baeza (1913- 1919), Segóvia (1919 1931) e Madri. Desse longo período destacam-se: Nuevas Canciones, e as páginas apócrifas de Juan de Mairena e Abel Martín, com os belos versos à misteriosa “Guiomar”.

sexta-feira, 19 de outubro de 2012

CAMPOS DE SORIA




I
Es la tierra de Soria árida y fría.
Por las colinas y las sierras calvas,
verdes pradillos, cerros cenicientos,
la primavera pasa
dejando entre las hierbas olorosas
sus diminutas margaritas blancas.
La tierra no revive, el campo sueña.
Al empezar abril está nevada
la espalda del Moncayo;
el caminante lleva en su bufanda
envueltos cuello y boca, y los pastores
pasan cubiertos con sus luengas capas.
IV
¡Las figuras del campo sobre el cielo!
Dos lentos bueyes aran
en un alcor, cuando el otoño empieza,
y entre las negras testas doblegadas
bajo el pesado yugo,
pende un cesto de juncos y retama,
que es la cuna de un niño;
y tras la yunta marcha
un hombre que se inclina hacia la tierra,
y una mujer que en las abiertas zanjas
arroja la semilla.
Bajo una nube de carmín y llama,
en el oro fluido y verdinoso
del poniente, las sombras se agigantan.
VIII
He vuelto a ver los álamos dorados,
álamos del camino en la ribera
del Duero, entre San Polo y San Saturio,
tras las murallas viejas
de Soria — barbacana
hacia Aragón, en castellana tierra.
Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son fechas.
¡Álamos del amor que ayer tuvisteis
de ruiseñores vuestras ramas llenas;
álamos que seréis mañana liras
del viento perfumado en primavera;
álamos del amor cerca del agua
que corre y pasa y sueña,
álamos de las márgenes del Duero,
conmigo vais, mi corazón os lleva!
IX
¡Oh, sí, conmigo vais, campos de Soria,
tardes tranquilas, montes de violeta,
alamedas del río, verde sueño
del suelo gris y de la parda tierra,
agria melancolía
de la ciudad decrépita.
Me habéis llegado al alma,
¿o acaso estabais en el fondo de ella?
¡Gentes del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas,
que el sol de España os llene
de alegría, de luz y de riqueza!



CAMPOS DE SORIA
I
É a terra soriana árida e fria.
Pelas colinas, pelas serras calvas,
verdes campinas, outeiros cinzentos,
a primavera passa
deixando em meio às ervas olorosas
suas pequenas margaridas alvas.
A terra não revive, o campo sonha.
Quando começa abril, está nevada
a espádua do Moncaio;
o caminhante leva em sua manta
pescoço e boca envoltos, e os pastores
passam cobertos com suas longas capas.
IV
As figuras do campo sobre o céu!
Dois bois morosos aram
numa colina, quando o outono chega,
e entre as negras cabeças dominadas
sob o pesado jugo,
pende um cesto de juncos e retama,
que é o berço de um bebê;
e atrás da junta avança
um homem que se inclina para a terra,
e uma mulher que nas abertas valas
atira uma semente.
Sob uma nuvem de carmim e chama,
no ouro fluido e esverdeado
do pôr-do-sol, as sombras se agigantam.
VIII
Voltei a ver os álamos dourados,
álamos do caminho na ribeira
do Douro, entre São Polo e São Satúrio,
atrás dos muros velhos
de Soria — barbacã
frente a Aragão, em castelhana terra.
Estes choupos à margem, que acompanham
com o ruído de suas folhas secas
o som das águas, quando o vento sopra,
que nas cascas conservam
iniciais gravadas que são nomes
de casais, cifras que são dias, meses.
Ó álamos do amor que ontem tivestes
de rouxinóis os vossos galhos cheios;
álamos que amanhã sereis as liras
do vento cálido da primavera;
ó álamos do amor à beira d’água
que corre e passa e anseia,
ó álamos das margens do rio Douro,
comigo ireis, meu coração vos leva!
IX
Oh, sim, comigo ireis, campos de Soria,
tardes tranqüilas, montes de violeta,
alamedas do Douro, verde sonho
do solo cinza e desta parda terra,
acre melancolia
da cidade decrépita,
chegastes à minha alma,
ou estáveis quiçá no fundo dela?
Gentes da alta planura numantina
que a Deus guardais como devotas velhas,
que o sol da Espanha cubra-vos
de alegria, de luz e de riqueza!




A imagem dos pastores cobertos por suas longas capas, que fecha o primeiro poema, é típica da região castelhana: “Nesse clima extremado por ambos os extremos, onde tão violentamente passa-se do calor ao frio e da seca ao aguaceiro, o homem inventou a capa, que o isola do ambiente e cria uma atmosfera pessoal, regularmente constante em meio às oscilações exteriores, defesa contra o frio e o calor ao mesmo tempo”.
O Moncaio é um monte situado ao norte de Soria, na fronteira entre Aragão e Castela a Velha.
São Polo e São Satúrio são ermidas situadas às margens do Douro, junto a Soria.
Numancia, antiga cidade habitada pelos arévacos, foi destruída pelo exército romano em 133 a.C., após um assédio de nove meses. Os numantinos preferiram morrer a entregar a cidade, que depois de vencida foi incendiada. Suas ruínas situam-se a sete quilômetros de Soria.

quinta-feira, 18 de outubro de 2012

A ORILLAS DEL DUERO




Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
A trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algún respiro al pecho jadeante;
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante
y hacia la mano diestra vencido y apoyado
en un bastón, a guisa de pastoril cayado,
trepaba por los cerros que habitan las rapaces
aves de altura, hollando las hierbas montaraces
de fuerte olor — romero, tomillo, salvia, espliego —.
Sobre los agrios campos caía un sol de fuego.
Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo
cruzaba solitario el puro azul del cielo.
Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,
y una redonda loma cual recamado escudo,
y cárdenos alcores sobre la parda tierra
— harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra —,
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero
para formar la corva ballesta de un arquero
en torno a Soria. — Soria es una barbacana,
hacia Aragón, que tiene la torre castellana —.
Veía el horizonte cerrado por colinas
oscuras, coronadas de robles y de encinas;
desnudos peñascales, algún humilde prado
donde el merino pace y el toro, arrodillado
donde el merino pace y el toro, arrodillado
sobre la hierba, rumia; las márgenes de río
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío,
y, silenciosamente, lejanos pasajeros,
¡tan diminutos! — carros, jinetes y arrieros —,
cruzar el largo puente, y bajo las arcadas
de piedra ensombrecerse las aguas plateadas
del Duero.
El Duero cruza el corazón de roble
de Iberia y de Castilla.
¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aún van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.
La madre en otro tiempo fecunda en capitanes,
madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes.
Castilla no es aquella tan generosa un día,
cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía,
ufano de su nueva fortuna, y su opulencia,
a regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
o que, tras la aventura que acreditó sus bríos,
pedía la conquista de los inmensos ríos
indianos a la corte, la madre de soldados,
guerreros y adalides que han de tornar, cargados
de plata y oro, a España, en regios galeones,
para la presa cuervos, para la lid leones.
Filósofos nutridos de sopa de convento
contemplan impasibles el amplio firmamento;
y si les llega en sueños, como un rumor distante,
clamor de mercaderes de muelles de Levante,
no acudirán siquiera a preguntar ¿qué pasa?
Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa.
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
El sol va declinando. De la ciudad lejana
me llega un armonioso tañido de campana
— ya irán a su rosario las enlutadas viejas —.
De entre las peñas salen dos lindas comadrejas;
me miran y se alejan, huyendo, y aparecen
de nuevo, ¡tan curiosas!... Los campos se obscurecen.
Hacia el camino blanco está el mesón abierto
al campo ensombrecido y al pedregal desierto.



ÀS MARGENS DO DOURO



Mediava o mês de julho. Era um bonito dia.
Sozinho, eu pelas fendas do pedregal subia,
procurando os recantos de sombra, lentamente.
Vez por outra parava para enxugar-me a frente
e dar algum alento a meu peito ofegante;
ou apertando o passo, o corpo para diante
e sobre a mão direita já vencido e apoiado
em um bastão, à guisa de pastoril cajado,
trepava pelos cerros que habitam as rapaces
aves do alto, pisando as ervas montarazes
de forte olor — tomilho, lavanda, rosmaninho.
Sobre os agrestes campos brilhava o sol a pino.
Com majestoso vôo, um abutre de asas largas
cruzava solitário o puro azul da tarde.
Eu divisava, longe, um monte alto e agudo,
e uma redonda crista como adornado escudo,
e colinas violáceas sobre a apagada terra
— farrapos esparzidos de um velho arnês de guerra —,
as serrazinhas calvas onde o Douro se esgueira
para formar a curva balestra de um arqueiro
em torno a Soria. — Soria é uma barbacã,
frente a Aragão, que tem a torre castelhana.
Eu via o horizonte cercado por outeiros
obscuros, coroados de robles e azinheiros;
as penhasqueiras nuas, algum humilde prado
onde o merino pasce e o touro, ajoelhado
sobre a relva, rumina; as ribeiras do rio
luzir seus verdes álamos ao claro sol de estio,
e, silenciosamente, distantes passageiros,
tão diminutos! — carros, peões e arrieiros —
cruzar a larga ponte, e ali, sob as arcadas
de pedra, escurecer-se as águas prateadas
do Douro.
O Douro cruza o coração de roble
da Ibéria e de Castela.
Ó, terra triste e nobre,
a dos grandes planaltos, dos ermos e rochedos,
de campos sem arados, regatos e arvoredos;
decrépitas cidades, caminhos sem pousadas
e atônitos grosseiros sem danças nem baladas
que vão, abandonando o moribundo lar,
como teus longos rios, Castela, para o mar!
Castela miserável, ontem dominadora,
envolta em seus andrajos despreza quanto ignora.
Espera, dorme ou sonha? O sangue derramado
recorda, quando a febre da espada era seu fado?
Tudo se move, flui, discorre, corre ou gira;
mudam o mar e o monte, e o olho que os remira.
Passou? Sobre seus campos o fantasma ainda erra
de um povo que dispunha Deus acima da guerra.
A mãe num outro tempo fecunda em capitães
madrasta é hoje apenas de humildes ganha-pães.
Castela não é aquela tão generosa um dia
quando Mio Cid Rodrigo, el de Vivar, volvia,
ufano de sua nova fortuna e sua opulência,
a presentear a Alfonso os jardins de Valência;
ou que, após a aventura que deu fama a seus brios,
requestava a conquista dos desmedidos rios
indianos à corte, a mãe de mil soldados,
guerreiros e seus chefes, que virão, carregados
de prata e de ouro, à Espanha, em régios galeões,
para a rapina, corvos, para a luta, leões.
Filósofos nutridos de sopa de convento
contemplam impassíveis o vasto firmamento;
e se lhes chega em sonho, como um rumor distante,
clamor de mercadores de molhes do Levante,
sequer acorrerão a perguntar: o que há?
E já a guerra abriu as portas do seu lar.
Castela miserável, ontem dominadora,
envolta em seus farrapos despreza quanto ignora.
O sol vai declinando. Da cidade distante
chega-me a harmonia de um sino ressoante
— já irão a seus rosários as enlutadas velhas.
Dentre os penhascos saem duas doninhas belas;
espiam-me e se afastam, fugindo, e aparecem
de novo, tão curiosas!... Os campos se escurecem.
Junto ao caminho branco está o albergue aberto
ao campo assombreado e ao pedregal deserto.




O título do poema é recorrente na obra de Machado: surgira já no livro anterior, e reaparecerá mais adiante, neste mesmo Campos de Castilla, ligeiramente modificado (Orillas del Duero), e em Nuevas canciones (como Canciones del alto Duero). Publicado com algumas variantes em 1910, na revista La lectura, este poema levava o título que mais tarde se aplicou ao livro: Campos de Castilla.
A imagem de Soria como barbacã, que reaparece posteriormente num dos Campos de Soria, é assim explicada por Oreste Macrì: “Soria aparece ilhada, estendida junto aos Montes Ibéricos e à serra do Moncaio, que separam Aragão de Castela a Velha, que tem ‘a torre castelhana’ guardada pela barbacã soriana”. Ademais, a imagem do Douro como balestra corresponde a uma característica da poesia machadiana, “a forma dos rios que em seu transcurso topográfico adotam freqüentemente a forma de um instrumento bélico, o que, se bem reproduz a linha sinuosa do objeto, revela que na poesia de Machado sempre está presente não só o que se contempla, mas também o que se evoca, neste caso, o passado da Espanha em sua perspectiva histórica e guerreira” — característica corroborada ainda pela imagem dos “farrapos esparzidos de um velho arnês de guerra”.
Como se sabe, no Cantar de Mío Cid, Rodrigo Díaz, el de Vivar, manda cem cavalos a don Afonso VI, rei de Leão e Castela, advindos de sua conquista de Valência em junho de 1093; outra parte do saque foi enviado ao rei por ter permitido que dona Jimena (esposa do Cid) e suas filhas fossem a Valência; de qualquer forma, o dom dos jardins não existe no Cantar.
O roble e o azinheiro são árvores do gênero dos carvalhos (Quercus), muito comuns na região de Castela, e
também freqüentes na poesia de Machado.
Indianos equivale, naturalmente, a “americanos”.


quarta-feira, 17 de outubro de 2012

Antonio Machado e a Geração de 98 - Por Marco Catalão


A Espanha do final do século XIX, quando Antonio Machado (1875-1939) começou a escrever, estava marcada por um grande atraso econômico e social. Dois terços da população economicamente ativa dedicavam-se à agricultura, em que a ausência de técnicas de trabalho modernas ocasionava uma baixa produtividade. Nas indústrias mais importantes, a defasagem técnica em relação ao restante da Europa era patente. Nas universidades, desconhecia-se praticamente o ensino de técnicas científicas modernas, o que originava a má preparação dos cientistas e dos profissionais. A porcentagem de analfabetismo chegava a quase 80% da população, enquanto 60% dos jovens não estavam escolarizados, e o orçamento militar era dez vezes superior ao da educação.
Com a derrota nas guerras coloniais contra os Estados Unidos e a perda da posse de Cuba, Porto Rico e
Filipinas em 1898, as ilusões de grandeza nacional cultivadas desde a restauração da monarquia, em 1873,
revelaram-se falaciosas. Surgiu então uma série de estudos sobre o “problema da Espanha”, que propunham
soluções em linguagem pragmática e cientificista, quase todas de caráter econômico e educacional. No entanto, dada a importância para a intelectualidade espanhola da relação entre história, identidade do povo e
política, freqüentemente esses tratados propunham idéias para a “regeneração nacional” baseadas numa
interpretação da história nacional em que se condenava a política econômica dos Habsburgo e se exaltava uma Idade Média mítica e “castiça”.
Paralelamente ao movimento regeneracionista, aos poucos cristaliza-se um grupo de intelectuais que, céticos
em relação aos resultados do liberalismo do século XIX e à eficácia das instituições políticas, buscam soluções para o “problema da Espanha” não em ações concretas, mas em zonas do pensamento e atividades alheias à política. Ángel Ganivet (1865-1898), em sua tese España filosófica contemporánea, de 1889 (cujas idéias serão ampliadas no Idearium español, de 1896), não relaciona a crise nacional a um problema político, econômico ou social, mas remete-a a um problema essencialmente espiritual. “Por essa razão, [Ganivet] ignora deliberadamente medidas como a reforma agrária, a industrialização, ou a redistribuição do poder político, que poderiam ajudar a enfrentar os problemas de um modo concreto e prático. Em lugar disso, localiza as raízes do problema na mentalidade nacional”.
Miguel de Unamuno (1864-1936), a partir do ensaio intitulado En torno al casticismo, de 1895, afasta-se do marxismo e passa a considerar a compreensão do “caráter nacional” espanhol como essencial para a
regeneração econômica e social do país. Para ele, essa compreensão deveria fundamentar-se não na história
oficial dos “grandes acontecimentos”, dos livros e monumentos, mas no que ele denominou a intra-história, a
história potencial nunca cumprida do povo espanhol, revelada através da paisagem física, de algumas obras de arte e da vida cotidiana das classes mais baixas, supostamente alheias às transformações temporais.
Quando, em dezembro de 1901, três jovens escritores, Azorín (José Martínez Ruiz, 1873-1967), Pío Baroja (1872-1956) e Ramiro de Maeztu (1874-1936), publicam seu manifesto sobre a regeneração nacional, em que advogam pela educação obrigatória, pelo crédito agrícola e pela legalização do divórcio, Unamuno nega-se a unir-se a eles, alegando que só propunham reformas práticas, desconsiderando a necessidade de transformar a mentalidade do povo. Pouco tempo depois, influenciados por Unamuno, Baroja afirmaria que nada se conseguiria sem um novo ideal, e Azorín defenderia a primazia das mudanças individuais sobre as transformações políticas.
Unido pelo ideal comum da regeneração da Espanha a partir da descoberta de sua “verdadeira identidade”,
surge então o primeiro grupo intelectual ativo e influente culturalmente nos rumos do país, “a primeira geração espanhola que teve uma consciência clara de seu papel diretivo na vanguarda política e social”: a “geração de 98”, assim batizada por Azorín em 1913, tomando como base o ano da perda de Cuba — ainda que, como se viu acima, algumas de suas idéias essenciais remontem a um período anterior.
De acordo com as concepções de Unamuno e Ganivet, a busca pela identidade espanhola deveria fundamentarse no estabelecimento de “um núcleo central e imperecedouro da tradição nacional, uma base firme que permitisse examinar o passado e fazer recomendações face ao futuro: um ‘núcleo castiço’, ‘uma força dominante e central’”. Para isso, os escritores da geração de 98 buscaram “a continuidade nacional” (frase de Baroja) na paisagem física (deve-se lembrar a forte influência das concepções deterministas na época), na arte (com particular destaque para o Don Quijote, cujo terceiro centenário se comemorou em 1905) e na existência anônima e humilde do povo à margem da história oficial: “O que não se historiava, nem se romanceava, nem se cantava na poesia, é o que a geração de 98 quer historiar, romancear e cantar”.
O primeiro desses imperativos, a necessidade de conhecer a terra espanhola, foi uma vertente muito fecunda
na obra desses escritores, que, através do conhecimento adquirido nas várias excursões (solitárias ou em
grupo) feitas pelo território nacional, transformaram radicalmente o tratamento da paisagem na literatura
espanhola: esta deixou de ser simples cenário decorativo para tornar-se elemento revelador e simbólico. Livros fundamentais do grupo, como Camino de perfección (Baroja, 1902), La ruta de Don Quijote (Azorín, 1905) e Campos de Castilla (Machado, 1912), estão centrados numa descrição que é ao mesmo tempo interpretação da paisagem nacional.
Deve-se ressaltar, assim, que a meta de uma observação objetiva visando a um melhor conhecimento da
realidade do país não evitou que os elementos concretos fossem muitas vezes ofuscados ou distorcidos pelas concepções teóricas dos escritores. Como ressaltou Moreno Hernández, Castela, a paisagem por excelência da geração de 98, “é tanto um espaço geográfico segundo as coordenadas deterministas, como um lugar retórico, uma reserva de fragmentos e estereótipos transferíveis de um discurso, ou gênero, a outro, e de um autor a outro”.
Como centro físico e espiritual das preocupações do grupo, a região de Castela surgia como símbolo da
autenticidade espanhola anterior aos reis católicos: “Se todos os escritores de 98 cantam literariamente a
Castela, ademais de cantar sua terra natal; se todos encontram em sua dramática aspereza certa delicadeza
última e quintessenciada, e olham-na com íntima e fina nostalgia, por trás de seu sentimento opera o mito
histórico de uma Castela espanholamente pura em sua origem remota”.
Essa mesma idéia de “pureza medieval” levará a uma alteração no cânone literário, com uma revalorização dos “escritores primitivos”; assim, “à tradição de Calderón oporão a tradição de Berceo e de Jorge Manrique; à épica moderna, o Romanceiro; a Francisco de Rojas, o Arcipreste de Hita”. Nas artes plásticas, serão louvados aqueles que souberam se ater à “realidade cotidiana” e à paisagem espanhola: Velásquez e, sobretudo, Goya e El Greco. Don Quixote (mais do que Cervantes) será considerado um símbolo da espiritualidade medieval resistente ao materialismo moderno.
Se as inquietações próprias dos escritores de sua geração com respeito à Espanha não permaneceram alheias a Antonio Machado durante o primeiro decênio do século (lembremos que ele colaborava nas mesmas revistas em que estes escreviam; que já em 1903 freqüentava ocasionalmente a tertúlia de Baroja e Azorín no Nuevo Café de Levante, em Madri; que participou, em 1905, junto com esses dois escritores e mais Unamuno e Maeztu, do protesto coletivo contra a concessão do prêmio Nobel a Echegarray), a visão do grupo de 98 só se incorporou a seus poemas a partir de 1907, depois de sua mudança para Soria.
Para que se entendam os motivos por que Machado tardou a aderir ao grupo, deve-se levar em conta que,
antes do surgimento das obras dos escritores de 98, no período em que ele começou a escrever, era muito
grande na Espanha o prestígio de um outro movimento literário, o modernismo. Este vocábulo tem uma
acepção particular na história da literatura espanhola, referindo-se ao movimento surgido na América Latina nos anos 80, primeiro em prosa, e depois em verso, sob a liderança do escritor e patriota cubano José Martí (1852- 1895) e do poeta nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), com raízes no simbolismo e no parnasianismo franceses. “Os modernistas dedicaram-se a um esteticismo consciente, à Arte como supremo absoluto, à Beleza como ideal máximo, e à radical renovação formal da prosa e da poesia como meios para sua consecução.
Exaltaram a imaginação criativa e a fantasia como opostas à observação realista e aos cânones aceitos pela
literatura burguesa do século XIX.”
O modernismo exerceu forte influência na poesia espanhola do período, e Machado, como Ramón Jiménez e Valle-Inclán, formou-se escritor dentro de sua estética. Se a refundição, em 1907, de seu primeiro livro,
Soledades, de 1903, tem por finalidade não apenas retirar os poemas piores, mas também eliminar, sobretudo em seu aspecto formal, as sobrevivências modernistas (tais como os elementos mais descritivos e os efeitos de sonoridade), elas se manifestam de forma evidente na imagem recorrente dos parques abandonados, na concepção do poeta como vidente e da poesia como operação alquímica, e em alguns traços formais que persistirão inclusive em Campos de Castilla, de 1912.
Na verdade, a divisão da literatura espanhola do início do século XX em dois grupos opostos — modernistas, preocupados sobretudo com a renovação formal, e geração de 98, atenta sobretudo ao “problema da Espanha” — não é unanimemente aceita pela crítica atual. Antonio Ramos-Gascón, estudando a colaboração dos escritores para as revistas em que estes iniciaram suas trajetórias literárias, chega à conclusão de que “sem necessidade de recorrer às formulações teóricas expostas pela ‘gente nova’ ao final do século XIX, o estudo detido do comportamento literário deste grupo revela-nos já a inexistência de um enfrentamento entre ‘modernismo’ e ‘98’. Martínez Ruíz, ‘anarquista literário’, traduz Kropotkin, mas também Maeterlink; Baroja, ao mesmo tempo em que nos descreve ‘a luta pela vida’ na Madri da época, estuda na Revista Nueva a coloração dos sons; Benavente, refinado esteticista, publica em Germinal esquetes dramáticos de clara tendência anarquista; Juan Ramón Jiménez, como assinalamos, alterna os poemas de Alma de violeta [sic] com poesias sociais; Federico Urales, conhecido anarquista, na hora de fazer literatura segue as diretrizes do esteticismo d’annunziano; Manuel Machado, ao regressar de Paris, explica-nos os fundamentos político-sociais da reação antimodernista; Maeztu, ideólogo ‘noventa-e-oitista’, combina o parnasiano e o social em sua poesia de juventude; Dicenta, representante do ‘naturalismo’ no teatro, identifica sua luta com a do esteticismo italiano, etc. Ou seja, nos primeiros anos do movimento ‘novo’, ambas as correntes não se contrapõem; pelo contrário, inclusive se complementam em certo sentido”.
Por outro lado, a perspectiva exclusivamente estética atribuída por parte da crítica ao modernismo como forma de diferenciação em relação ao grupo de 98 só é válida durante o período inicial do movimento. O “segundo modernismo” hispânico tem como marca essencial a descoberta da linguagem e das paisagens cotidianas: “o modernismo havia povoado o mar de tritões e sereias, e os novos poetas viajam em barcos comerciais e desembarcam, não em Citéria, mas em Liverpool; os poemas já não são cantos às cosmópolis passadas ou presentes, mas descrições bem mais amargas e reticentes de bairros de classe média; o campo não é a selva presentes, mas descrições bem mais amargas e reticentes de bairros de classe média; o campo não é a selva nem o deserto, mas o povo dos subúrbios”.
De qualquer forma, a preocupação ética e social dos escritores de 98 parece ter sido o fator determinante para que Machado se aproximasse do grupo. Analisando seus escritos em prosa (correspondência, ensaios, artigos publicados em revistas) nos primeiros anos do século, notamos uma crescente preocupação com a coletividade espanhola e, concomitantemente, uma forte aspiração por intervir sobre a realidade nacional. O ano de 1903 marca uma transição na concepção machadiana sobre o papel do artista, como se nota no seguinte fragmento de uma carta a Unamuno: “O artista deve amar a vida e odiar a arte, o contrário do que pensei até aqui”.
Em 1904, numa resenha do livro Arias Tristes, de Juan Ramón Jiménez, em meio a vários elogios ao poeta,
Machado, provavelmente aludindo a uma atitude pela qual se vira tentado, pede-lhe que não se evada da vida exterior “para forjar quimericamente uma vida melhor em que gozar a contemplação de si mesmo”. Embora reconheça que “uma poesia que aspire a comover a todos deve ser muito íntima”, e que “o mais profundo é o mais universal”, ressalva que “enquanto nossa alma não despertar para elevar-se, será inútil que nos aprofundemos em nós mesmos”.
Numa carta escrita a Unamuno no mesmo ano, Machado volta a manifestar seu repúdio ao solipsismo: “todos os nossos esforços devem tender em direção à luz, em direção à consciência. (...) É verdade, deve-se sonhar desperto. Não devemos criar um mundo à parte em que gozar fantástica e egoisticamente da contemplação de nós mesmos; não devemos fugir da vida para forjar-nos uma vida melhor, que seja estéril para os demais”.
O desejo de uma poesia objetiva, que não fosse mais, como as Soledades e Galerías anteriores, contemplação
de si mesmo e projeção de seu espírito sobre a paisagem, encontrou um elemento decisivo em 1907, com sua mudança para Soria: o contato com a paisagem rural de Castela. Num artigo publicado em 1908 (“Nosso patriotismo e a Marcha de Cádiz”), escrito alguns dias depois de sua chegada a Soria, Machado torna clara a sua disposição de participar na construção coletiva de uma nova identidade nacional: “Sabemos que a pátria não é uma propriedade herdada de nossos avós, boa apenas para ser defendida na hora da invasão estrangeira. Sabemos que a pátria é algo que se faz constantemente e se conserva só através da cultura e do trabalho. O povo que descuida dela ou a abandona perde-a, ainda que saiba morrer. Sabemos que não é pátria o solo que se pisa, mas o que se lavra; que não basta viver sobre ele, mas sim para ele: que ali onde não existe marca do esforço humano não há pátria, nem sequer região, apenas uma terra estéril, que tanto pode ser nossa como dos abutres ou das águias que sobre ela voam”.
Há, por fim, um outro fator que certamente contribuiu para que Machado se aproximasse dos escritores da
geração de 98: o fato de ele ter estudado, dos oito aos quatorze anos, na Institución Libre de Enseñanza.
Fundada em 1876, como reação a um decreto do ano anterior que suprimia a liberdade de cátedra, proibindo nas universidades o ensino de temas contrários ao dogma católico ou ataques diretos ou indiretos à monarquia, a Institución era um centro de ensino liberal que se diferenciava por implantar práticas que seus criadores desejariam ver arraigadas no conjunto da sociedade — tolerância, laicismo, espírito democrático, empenho científico.
Além do claro repúdio à atividade política por parte de seus criadores, para quem “era firme a convicção de que toda tentativa de reformar a sociedade ‘a partir de cima’, ou seja, recorrendo às medidas executivas da
política, seria por fim inútil, por ter que trabalhar com uma massa popular em grande parte indigente e
ignorante”, a Institución apresentava vários outros pontos de contato com a geração de 98: a crítica à
realidade social e ao autoritarismo; a admiração pela natureza, com a promoção de freqüentes excursões por Castela; a valorização do saber popular; a exaltação do trabalho como atividade positiva e fecunda.
Assim, a publicação de Campos de Castilla, em 1912, marca não simplesmente a adesão definitiva de
Machado à estética, e à indissociável ética, da geração de 98, mas também a culminação de um longo
processo de transformação iniciado já na primeira refundição de Soledades, em 1907, e cujas raízes se
estendem até sua infância, como aluno da Institución Libre de Enseñanza e membro de uma família de
eminentes folcloristas.
Como já se adiantou acima, esse processo não suprime completamente o influxo modernista na obra
machadiana; tampouco impede o poeta de abrir-se a inspirações alheias à geração, como o sentimento de
temporalidade bergsoniano. A simples relação de nomes presentes na seção Elogios já torna clara a
complexidade da inspiração de Machado: ao lado de poemas dedicados aos “mestres” Unamuno e Azorín,
podem-se ler outros escritos para Rubén Darío (também denominado “mestre”), Juan Ramón Jiménez e Valle- Inclán, em que um tom nitidamente modernista, como notou Sesé, “contrasta com a austeridade sombria das composições de inspiração castelhana e é uma brilhante prova da outra face do gênio poético de Machado”.
Outro elemento que torna mais complexa sua adesão à geração de 98 é a crescente identificação com a terra de Soria: se em A orillas del Duero, de 1910, Machado traz em sua visão da paisagem uma série de imagens que aludem ao passado guerreiro castelhano, com críticas à decadência nacional e referências diretas ao Cid e à época dos “régios galeões” carregados de prata e ouro, nos Campos de Soria, de 1913, a experiência e os sentimentos pessoais predominam sobre a retórica geracional. No primeiro poema, Castela é ainda a “terra triste e nobre”, a mesma de Azorín e Baroja; no segundo, Machado indaga se os campos sorianos já não triste e nobre”, a mesma de Azorín e Baroja; no segundo, Machado indaga se os campos sorianos já não estavam no fundo de sua alma.
Assim, embora Campos de Castilla nasça do propósito de interpretar e compreender a paisagem física e humana de Castela, relacionando-a ao passado nacional e a um hipotético futuro esperançoso, as composições de maior intensidade e beleza são aquelas em que esse propósito é superado pela vivência direta da paisagem, como A un olmo seco, Campos de Soria e A José María Palacio, cujos temas são “a primavera, o tempo, a superação da morte individual, a renovação dos seres”  — temas recorrentes na poesia anterior de Machado, mostrando que há mais continuidade do que ruptura na transição de 1907 para 1912.
Nesses poemas, como assinala Sánchez Barbudo, há muito pouco do grupo de 98: a visão da paisagem é
carregada de amor, restando pouquíssimo espaço para a crítica. “Ainda que aluda (...) à Soria ‘mística e
guerreira’, o que importa agora, o que principalmente expressa (...) é o arraigado amor que sente por essa
terra”. Significativamente, a crítica social ganhará mais força nos poemas escritos depois de sua mudança
para a Andaluzia, e se referirá não mais aos camponeses, mas aos señoritos que os exploram.
Não obstante, há várias características que corroboram o papel de Machado como “o representante exclusivamente lírico da Geração de 98”: a busca da realidade espanhola não na história oficial, mas nos
fatos cotidianos e nas personagens marginais; a interpretação do “problema da Espanha” como uma crise
espiritual; o ceticismo radical com relação aos dogmas da ortodoxia católica; a valorização de uma mítica
Castela primitiva e medieval, exaltada em seu aspecto severo e guerreiro; a decorrente preferência pela
simplicidade e autenticidade medievais de Jorge Manrique e do Romanceiro; a concepção da atividade literária como um método de investigar a situação existencial do homem, mais do que simples expressão da beleza; a crítica violenta à realidade espanhola presente e a esperança no futuro; a observação minuciosa da paisagem castelhana.
A posterior inclinação de Machado para as indagações filosóficas não fez com que se suprimissem essas
características: em suas notas sobre poesia, Juan de Mairena condena a artificialidade barroca e lhe contrapõe a inspiração concreta de Manrique e os versos carregados de temporalidade dos romances; o ceticismo com relação a todos os dogmas agudiza-se a ponto de tornar-se um método de investigação; o mandamento de Unamuno segundo o qual “para ensinar ao povo deve-se aprender primeiro com ele” é glosado repetidas vezes por Mairena; a crítica social persiste, alternando com momentos cada vez mais raros de esperanças no futuro.
Assim, a relação entre Machado e a geração de 98 só pode ser compreendida de forma cabal se atentarmos para a diversidade e complexidade de sua inspiração, bem como para a unidade e coerência de suas aspirações artísticas e morais ao longo de toda a sua trajetória literária. Uma leitura excessivamente unívoca, que procurasse filiá-lo a um ou outro grupo de escritores, enfatizando semelhanças e ocultando divergências, inevitavelmente falsearia a riqueza e a amplitude da poesia machadiana.

 - Marco Catalão

terça-feira, 16 de outubro de 2012

Poesias de Antonio Machado




Poucas obras poéticas são dignas do nosso amor como a do espanhol Antonio Machado (1875-1939). Cabe num pequeno volume, e é do tamanho do mundo. Ali estão os problemas da metafísica ocidental e oriental, a fé e a dúvida, as paixões e a sabedoria, o sentido do tempo e da eternidade, tudo comprimido em versos de uma simplicidade fulgurante, cuja perfeição ninguém sabe dizer se é musical ou geométrica.
Don Antonio viveu humildemente num quarto de pensão e morreu num quarto de hotel, fugindo da polícia política sem jamais ter sido político. Abençoou a pobreza digna (“a mi trabajo acudo...”) e, vendo aproximar-se a morte, fixou num pedaço de papel seu último pensamento: “Estos días azules y este sol de la infancia.” O fluxo do tempo que pelo milagre da luz se transfigura em eternidade na presença é uma de suas visões recorrentes: “Tedio infantil, amor adolescente, / como esta luz de otono os hermosea! / ¡Agrios caminos de la vida fea / que también os doráis al sol poniente!” O ontem e o amanhã fundem-se no eterno presente: sob a claridade de Sevilha emerge do passado a imagem do pai que, passeando no jardim, lança um olhar no vazio e enxerga os cabelos brancos do filho poeta que no mesmo instante o evoca em seus versos. Um olmo seco, derrubado por um raio, renasce na imortalidade do poema antes que o serrem para queimá-lo nas lareiras. Amo tanto esse poema que, buscando nele dois versos para epígrafe de um capítulo, acabei por transcrevê-lo inteiro.

Poesias de Antonio Machado

O espaço, por sua vez, se transfigura em memória e profecia. O poeta caminha pelos campos de Castela. As paisagens em sucessão tornam-se glórias e misérias da Espanha histórica (“Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta em sus andrajos desprecia cuanto ignora”) e despertam a antevisão do castigo: “Al declinar la tarde, sobre um remoto alcor, / veréis agigantar-se la forma de um arquero, / la forma de um inmenso centauro flechador.” Mas nem tudo é perdição e morte. Sobre os campos paira, ante os olhos de Deus, “Castilla la gentil, humilde y brava”.
E, quando passam os anos, Don Antonio, que já era a clareza e a simplicidade encarnadas, torna-se ainda mais simples e claro, condensando sua mágica sabedoria em epigramas:
“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.”
“Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.”
Jamais serei grato o bastante ao poeta que inundou de luz tantos momentos sombrios da minha vida. Trechos de “Retrato” de Antonio Machado
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.



Texto: Olavo de Carvalho

segunda-feira, 15 de outubro de 2012

ANTÓNIO MACHADO

Poeta sevilhano



Um dos poemas mais divulgados de António Machado concentra interessante conteúdo filosófico. A lembrar, por exemplo, a questão da prioridade essência/existência.
Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
Caminhante, são teus rastos
o caminho, e nada mais;
caminhante, não há caminho,
faz-se caminho ao andar.
Ao andar faz-se o caminho,
e ao olhar-se para trás
vê-se a senda que jamais
se há-de voltar a pisar.
Caminhante, não há caminho,
somente sulcos no mar.

O poema transcrito faz parte de um conjunto de provérbios e cantares. Uma selecção de mais alguns do mesmo conjunto:
XXI
Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.

XXXVII
¿ Dices que nada se crea?
No te importe, con el barro
de la tierra, haz una copa
para que beba tu hermano.

XXXVIII
¿ Dices que nada se crea?
Alfarero, a tus cacharros.
Haz tu copa y no te importe
si no puedes hacer barro.

XLII
¿ Dices que nada se pierde?
Si esta copa de cristal
se me rompe, nunca en ella
beberé, nunca jamás.

XLVI
Anoche soñé que oía
a Dios, gritándome: ¡ Alerta!
Luego era Dios quien dormía,
y yo gritaba: ¡ Despierta!
XXI
Ontem eu sonhei que via
Deus e que a Deus falava;
e sosnhei que Deus me ouvia...
Depois sonhei que sonhava...

XXXVII
Dizes que nada se cria?
Não te importes, e com o barro
da terra faz uma taça
para que beba teu irmão.

XXXVIII
Dizes que nada se cria?
Oleiro, mãos ao trabalho!
Faz teu copo e não te importe
se não podes fazer barro.

XLII
Dizes que nada se perde?
Se esta taça de cristal
se me partir, nunca nela
eu beberei, nunca mais.

XLVI
À noite sonhei que ouvia
Deus, que me gritava: Alerta!
Depois Deus adormecia
e eu gritava: Desperta!

O sonho. O sonho é o "pano de fundo" de um dos poemas de António Machado de que mais gosto. Com referências filosóficas evidentes num invólucro poeticamente delicioso. Ou não fosse uma parábola...
Era un niño que soñaba
un caballo de cartón.
Abrió los ojos el niño
y el caballito no vio.
Con un caballito blanco
el niño volvió a soñar;
y por la crin lo cogía...
¡ Ahora no te escaparás!
Apenas lo hubo cogido,
el niño se despertó.
Tenia el puño cerrado.
¡ El caballito voló!
Quedóse el niño muy serio
pensando que no es verdad
un caballito soñado.
Y ya no volvió a soñar.
Pero el niño se hizo mozo
y el mozo tuvo un amor,
y a su amada le decía:
¿ Tú eres de verdad o no?
Cuando el mozo se hizo viejo
pensaba: todo es soñar,
el caballito soñado
y el caballo de verdad.
Y cuando vino la muerte,
el viejo a su corazón
preguntaba: ¿ Tú eres sueño?
¡ Quién sabe si despertó!




Era um menino a sonhar
com um cavalo de cartão.
O menino abriu os olhos
e não vui o cavalinho.
Com um cavalinho branco
ele voltou a sonhar;
pelas crinas o prendia...
Assim não te escaparás!
Mal o conseguiu prender,
logo o menino acordou.
Tinha a sua mão fechada.
O cavalinho voou!
O menino ficou sério,
pensando não ser verdade
um cavalinho sonhado.
Já não voltou a sonhar.
E o menino fez-se moço
e o moço teve um amor,
e dizia à sua amada:
Tu és de verdade ou não?
Quando o moço se fez velho
pensava: Tudo é sonhar,
o cavalinho sonhado
e o cavalo de verdade.
E quando chegou a morte,
o velho ao seu coração
perguntava: Tu és sonho?
Quem saberá se acordou!




terça-feira, 9 de outubro de 2012

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.

Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.

Fui tuyo, fuiste mía. Tu serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.

...Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.
Pablo Neruda


Filho de um operário ferrroviário e de uma professora primária, nasceu em 12 de julho de 1904, na cidade de Parral (Chile). Seu nome era verdadeiro era Neftalí Ricardo Reyes Basoalto. Perdeu a mãe no momento do nascimento.
Em 1906, a família muda-se para a cidade de Temuco. Começa a estudar por volta dos sete anos no Liceu para Meninos da cidade. Ainda em fase escolar, publica seus primeiros poemas no jornal “ La Manãna”. No ano de 1920, começa a contribuir com a revista literária “Selva Austral”, já utilizando o pseudônimo de Pablo Neruda (homenagem ao poeta tcheco Jan Neruda e ao francês Paul Verlaine).

Em 1921, passa morar na cidade de Santiago do Chile e estuda pedagogia no Instituto Pedagógico da Universidade do Chile. Em 1923 publica ‘Crepusculário” e no ano seguinte “Vinte poemas de amor e uma canção desesperada”, já com uma forte marca do modernismo.

No ano de 1927, começa sua carreira diplomática, após ser nomeado cônsul na Birmânia. Em seguida passa a exercer a função no Sri Lança, Java Singapura, Buenos Aires, Barcelona e Madri. Nesta viagens, conhece diversas pessoas importantes do mundo cultural. Em Buenos Aires, conheceu Garcia Lorca, e em Barcelona Rafael Alberti.
Em 1930, casa-se com María Antonieta Hagenaar, divorciando-se em 1936. Logo após começou a viver com Delia de Carril, com quem se casou em 1946, até o divórcio em 1955. Em 1966, casou-se novamente, agora com Matilde Urrutia.

Em 1936, explode a Guerra Civil Espanhola. Comovido com a guerra e com o assassinato do amigo Garcia Lorca, compromete-se com o movimento republicano. Na França, em 1937, escreve “Espanha no coração”. Retorna neste ano para o Chile e começa a produzir textos com temáticas políticas e sociais.
No ano de 1939, é designado cônsul para a imigração espanhola em Paris e pouco tempo depois cônsul Geral do México. Neste país escreve “Canto Geral do Chile”, que é considerado um poema épico sobre as belezas naturais e sociais do continente americano.

Em 1943, é eleito senador da República. Comovido com o tratamento repressivo que era dado aos trabalhadores de minas, começa a fazer vários discursos, criticando o presidente González Videla. Passa a ser perseguido pelo governo e é exilado na Europa.

Em 1952, publica “Os versos do capitão” e dois anos depois “ As uvas e o vento”. Recebe o prêmio Stalin da Paz em 1953. Em 1965, recebe o título honoris causa da Universidade de Oxford (Inglaterra). Em outubro de 1971, recebe o Prêmio Nobel de Literatura.
Durante o governo do socialista Salvador Allende, é designado embaixador na França. Doente, retorna para o Chile em 1972. Em 23 de setembro do ano seguinte, morre de câncer de próstata na Clínica Santa Maria de Santiago (Chile).

segunda-feira, 8 de outubro de 2012

Thiago de Mello


Noticia de la mañana


Yo sé que todos la vieron
y jamás la olvidaran.
Pero es posible que alguno,
denso de noche, estuviese
profundamente dormido.
Y a los dormidos - también
a los que estaban muy lejos
y no pudieron llegar,
a los que estando muy cerca
permanecieron sin verla,
al moribundo en su catre
y al ciego de corazón -
a todos los que no la vieron
describiré esta mañana
mafiana, cielo vertido,
cristal de la claridad -
reinando de este a oeste,
de monte a mar - en la urbe.
Pues dentro de esta mañana
voy caminando. Y me voy
tan gozoso como un niño
que me lleva de la mano.
No tengo ni trazo rumbo:
me da el rumbo la mañana,
soy llevado po el niño
(él conoce los caminos,
los mundos, mejor que yo).
Amorosa y transparente
es la sagrada mañana
que el cielo entero derrama
sobre las casas, los campos,
sobre los hombres y el mar.
Y su dulce claridad
ya se espació mansamente
sobre todos los dolores.
Lavó la ciudad. Ahora
va lavando corazones
(no el del niño, sino el mio
lleno aún de oscuridad).

Mañana tan verdadera
que há llamado otras mañanas
siempre radiantes que existen
(que a veces despuntan tarde
no despuntam jamás)
dentro del hombre y las cosas:
en los cordeles com ropa,
en los navios que llegan,
en la torre de la iglesia,
en el pregón de los pescadores,
en la sierra circular de los obreros,
en los ojos tan bellos de la niña que pasa.

La mañana está en el suelo, en las palmeras,
está en los muertos suburbanos,
está en las avenidas centrales,
está en las terrazas de los rascacielos.
(Hay mucha mañana en el niño,
mucha, y hay un poco en mi).

La belleza mensajera
de esta radiante mañana
no se resguardó en el cielo
ni se paró en el espacio, hech de sol y de viento
sobrepasó la ciudad.
No: la mañana se dio al pueblo.

La mañana es general.

Y de pronto la mañana
mañana, cielo vertido,
de claridad, claridad -
fue cambiando la ciudad
en plaza , en inmensa plaza,
dentro de la plaza el pueblo,
el pueblo entero cantando
y adentro del pueblo el niño
que me lleva de la mano.


Traducción de Pablo Neruda

domingo, 7 de outubro de 2012

Desde que Thiago Llegó a Chile...*

Desde que Thiago llegó a Chile se produjeron varias alteraciones territoriales dignas de tomarse cuenta. El llamado viento puelche cambió invisiblemente de rumbo y formó figuras romboidales en la Cordillera. El pulso del país se recobró como si despertara de una letárgica tristeza. Hacia Angostura de Paine se vio sobrevolar una bandada de pájaros amarillos que no eran canarios ni limones y volaban en forma extraña, como nadando en el agua celeste. También se observó en la arena de Isla Negra un precipitado calcáreo a la vez transparente y sonoro. Podemos atribuir estas variaciones a la influencia de Thiago Mello en nuestras almas. A la vez nuestras almas hacen cambiar el paisaje.
Thiago de Mello es un tranformador del alma. De cerca o de lejos, de frente o de perfil, por contacto o transparencia, Thiago ha cambiado nuestras vidas, nos ha dado la seguridad de la alegría. El tiempo y Thiago de Mello trabaian en sentido contrario, El tiempo erosiona y continúa. Thiago de Mello nos aumenta, nos agrega, nos hace florear y luego se va, tiene otros quehaceres. El tiempo se adhiere a nuestra piel para gastarnos. Thiago pasa por nuestras almas para invitarnos a vivir.
En en aquellas regiones florestales del magno Brasil hay también serpientes y gigantescos monos que no quieren a Thiago, allá ellos, les decimos. Nosotros lo queremos y lo conservaremos. Si son tan despil-farradores del talento, nosotros acogemos su deslumbrante talento. Si son tan ingratos con la obra de sus compatriotas excelsos, nosotros le oferecemos una patria clara como la luz y abierta como la palma de la mano.
Allá ellos con sus gigantescos simios que se han transformado en gobernantes, nosotros nos guardamos a Thiago para que su inteligencia y sua alegria sigan resplandeciendo. Chile acogió siempre al pensamiento perseguido. En eso estamos de acuerdo gobernadores y gobernados. El asilo contra la opresión no es sólo un verso, es el laurel de Chile, nuestro común orgullo.
Si este asilo te serve, Thiago de mello, aqui estamos tus amigos y hermanos para dártelo, aunque sim pedirnos permiso ya te asiló para siempre el corazón de nuestra bella Anamaria.
Yo voy andando por los mares a esta hora. Lejos pero no separado, distante pero infinitamente cerca.
Cerca de mis compatriotas de siempre y de nuestro nuevo compatriota, el poeta Thiago de Mello.

Pablo Neruda
En el mar, marzo 1965.

(Texto lido na homenagem prestada a Thiago de Mello pelos intelectuais, artistas e amigos chilenos por ocasião do afastamento do poeta do seu posto de adido cultural do Brasil no Chile.)

sexta-feira, 5 de outubro de 2012

Faz escuro mas eu canto

LOS  ESTATUTOS  DEL  HOMBRE

Artículo 1


Queda decretado
que ahora vale la vida,

que ahora vale la verdad,
y que de manos dadas
trabajaremos todos

por la vida verdadera. 



Artículo 2


Queda decretado
que todos los días de la semana,

inclusive los martes
más grises, tienen derecho
a convertirse en mañanas
de domingo. 



Artículo 3


Queda decretado que,
a partir de este instante,

habrá girasoles en todas las ventanas,
que los girasoles tendrán derecho 
a abrirse dentro de la sombra;
y que las ventanas deben permanecer

el día entero abiertas para el verde
donde crece la esperanza.  



Artículo 4


Queda decretado que el hombre
no precisará nunca más
dudar del hombre.
Que el hombre confiará en el hombre
como la palmera confía en el viento,
como el viento confía en el aire,
como el aire confía en el campo azul

del cielo. 


El hombre confiará en el hombre
como un niño confía en otro niño.



Artículo 5
Queda decretado que los hombres

están libres del yugo de la mentira.
Nunca más será preciso usar
la coraza del silencio
ni la armadura de las palabras.
El hombre se sentará a la mesa
con la mirada limpia,
porque la verdad pasará a ser servida
antes del postre.


Artículo 6


Queda establecida,
durante diez siglos,

la práctica soñada por el profeta Isaías,
y el lobo y el cordero pastarán juntos
y la comida de ambos

tendrá el mismo gusto a aurora.



Artículo 7


Por decreto irrevocable
queda establecido el reinado permanente
de la justicia y de la claridad.
Y la alegría será una bandera generosa 
para siempre enarbolada
en el alma del pueblo.




Artículo 8


Queda decretado
que el mayor dolor

siempre fue y será siempre
no poder dar amor

a quien se ama,

sabiendo que es el agua 
quien da a la planta

el milagro de la flor.



Artículo 9


Queda permitido
que el pan de cada día

tenga en el hombre
la señal de su sudor.

Pero que sobre todo
tenga siempre

el caliente sabor
de la ternura.



Artículo 10

Queda permitido
a cualquier persona,

a cualquier hora de la vida,
el uso del traje blanco.



Artículo 11


Queda decretado,
por definición,

que el hombre
es un animal que ama,

y que por eso es bello,
mucho más bello

que la estrella de la mañana. 



Artículo 12


Decrétase que nada
estará obligado ni prohibido.

Todo será permitido,
inclusive jugar con los rinocerontes
y caminar por las tardes
con uma inmensa begonia em la solapa.

Sólo uma coisa queda prohibida:
amar sin amor.


Artículo 13

Queda decretado que el dinero
no podrá nunca más comprar el sol
de lãs mañanas venideras.
Expulsado del gran bául del miedo,
el dinero se transformará
en una espada fraternal
para defender el derecho de cantar
y la  fiesta del día que llegó.
.

Artículo final

Queda prohibido
el uso de la palabra libertad,
la cual será suprimida de los diccionarios
y del pantano engañoso de las bocas.
A partir de este instante
la libertad será algo vivo y transparente,
como um fuego o un río,
o como la semilla del trigo
y su morada será siempre
el corazón del hombre.


(Tradução de Pablo Neruda, conforme constante em
Os Estatutos do Homem, Vergara & Riba Editoras, 2001) 


OS ESTATUTOS DO HOMEM

Poema que escrevi em 1964,                              
em protesto contra terror da ditadura militar.   
É dedicado a Car/os Heitor Cony


Artigo I.

Fica decretado que agora vale a verdade,
que agora vale a vida
e que, de mãos dadas,
trabalharemos todos pela vida verdadeira.


Artigo II.

Fica decretado que todos os dias da semana,
inclusive as terças-feiras mais cinzentas,
têm direito a converter-se em manhãs de domingo.


Artigo III.

Fica decretado que, a partir deste instante,
haverá girassóis em todas as janelas,
que os girassóis terão direito
a abrir-se dentro da sombra
e que as janelas devem permanecer, o dia inteiro,
abertas para o verde onde cresce a esperança.


Artigo IV.

Fica decretado que o homem
não precisará nunca mais
duvidar do homem.
Que o homem confiará no homem
como a palmeira confia no vento,
como o vento confia no ar,
como o ar confia no campo azul do céu.

Parágrafo único:
O homem confiará no homem
como um menino confia em outro menino.


Artigo V.

Fica decretado que os homens
estão livres do jugo da mentira.
Nunca mais será preciso usar
a couraça do silêncio
nem a armadura de palavras.
O homem se sentará à mesa
com seu olhar limpo
porque a verdade passará a ser servida
antes da sobremesa.


Artigo VI.

Fica estabelecida, durante os milênios da vida,
a prática sonhada pelo profeta Isaías,
e o lobo e o cordeiro pastarão juntos
e a comida de ambos terá o mesmo gosto de aurora.


Artigo VII.

Por decreto irrevogável fica estabelecido
o reinado permanente da justiça e da claridão,
e a esperança será uma bandeira generosa
para sempre desfraldada na alma do povo.


Artigo VIII.

Fica decretado que a maior dor
sempre foi e será sempre
não poder dar amor a quem se ama
sabendo que é a água
que dá à planta o milagre da flor.


Artigo IX.

Fica permitido que o pão de cada dia
tenha no homem o sinal do seu suor.
Mas que sobretudo tenha sempre
o quente sabor da ternura.


Artigo X.

Fica permitido a qualquer pessoa,
a qualquer hora da vida,
o uso do traje branco.


Artigo XI.

Fica decretado, por definição,
que o homem é um animal que ama
e que por isso é belo,
muito mais belo do que a estrela da manhã.

Artigo XII.

Decreta-se que nada será obrigado nem proibido.
Tudo será permitido,
inclusive brincar com os rinocerontes
e caminhar pelas tardes
com uma imensa begônia na lapela.

Parágrafo único:

Só uma coisa fica proibida:
amar sem amor.


Artigo XIII.

Fica decretado que o dinheiro
não poderá nunca mais comprar
o sol das manhãs vindouras.
Expulso do grande baú do medo,
o dinheiro se transformará em uma espada fraternal
para defender o direito de cantar
e a festa do dia que chegou.


Artigo final.

Fica proibido o uso da palavra liberdade,
a qual será suprimida dos dicionários
e do pântano enganoso das bocas.
A partir deste instante
a liberdade será algo vivo e transparente
como um fogo, um rio,
como a semente do trigo
e a sua morada será sempre
o coração do homem.

(Poema retirado do livro "Faz escuro mas eu canto - Thiago de Mello - 17ª edição - 1999


É preciso trabalhar
todos os dias
pela alegria geral.
É preciso aprender
esta lição todos os dias
e sair pelas ruas
cantando e repartindo
a esperança,
a mão cristalina,
a fronte fraternal.

Amadeu Thiago de Mello (Barreirinha, 30 de março de 1926) é um poeta brasileiro.
Natural do Estado do Amazonas, é um dos poetas mais influentes e respeitados no pais, reconhecido como um ícone da literatura regional.
Tem obras traduzidas para mais de trinta idiomas. Preso durante a ditadura (1964-1985), exilou-se no Chile, encontrando em Pablo Neruda um amigo e colaborador. Um traduziu a obra do outro e Neruda escreveu ensaios sobre o amigo.
No exílio, morou na Argentina, Chile, Portugal, França, Alemanha. Com o fim do regime militar, voltou à sua cidade natal, Barreirinha, onde vive até hoje.
Seu poema mais conhecido é Os Estatutos do Homem, onde o poeta chama a atenção do leitor para os valores simples da natureza humana. Seu livro Poesia Comprometida com a Minha e a Tua Vida rendeu-lhe, em 1975, ainda durante o regime militar, prêmio concedido pela Associação Paulista dos Críticos de Arte e tornou-o conhecido internacionalmente como um intelectual engajado na luta pelos Direitos Humanos.
Em homenagem aos seus 80 anos, completados em 2006, foi lançado, pela Karmim, o CD comemorativo A Criação do Mundo, contendo poemas que o autor produziu nos últimos 55 anos, declamados por ele próprio e musicados por seu irmão, Gaudêncio Thiago de Mello, O rei do futebol.